La fuerza de la marea verde en América Latina nos ha traído a nuestro país la Ruta Verde, una campaña y plataforma por la despenalización legal y social del aborto en Venezuela, que desde el 2021 está articulando y movilizando una inmensa diversidad de personas de la sociedad civil, activistas y organizaciones en pro de la defensa de la vida, de la derogación de los artículos del código civil que criminalizan el aborto y por la educación sexual integral para todas las personas en las distintas etapas de su vida.
Quienes vivimos la primera marcha aquel 2021, luego de aquel encierro que nos obligó a acercarnos desde lo digital, y que al mismo tiempo nos fortaleció como un movimiento que crece con el impulso de nuestras experiencias personales y los intereses colectivos alrededor de la vida de las mujeres y personas con capacidad de gestar, así como el bienestar y el acceso a la vida digna de las infancias; nos encontramos en la capital del país para inundar las calles con nuestros reclamos justos.
Luego de tres años de articulación desde la ruta verde podríamos pensar que los avances están enlentecidos, sin embargo en este tiempo las distintas comisiones que conforman esta plataforma se han planteado distintos alcances en esta materia, algunos de estos hitos son:
– Participación masiva de personas en las actividades, talleres y llamados a la movilización desde dicha plataforma.
– Dar visibilidad y puesta en la agenda ciudadana al tema de la interrupción voluntaria del embarazo y condiciones dignas para la vida.
– Discutir y presentar ante la Asamblea Nacional la propuesta de Ley Orgánica sobre Derechos Sexuales y Reproductivos.
– Mantener juntas y conectadas las distintas voluntades que comprenden el activismo feminista y por los derechos humanos en Venezuela.
Este año volvimos a darnos cita con los mismos reclamos, el fuego ardiendo como siempre desde el corazón y nuevas dificultades que, aunque rudas de sortear, nos sirvieron para fortalecernos en lazos y recuperar el espacio de liderazgo y cocreación colectiva de la Ruta Verde en Venezuela. Participar en estos procesos históricos para nuestra sociedad es complicado cuando los medios para la difusión y discusión de información oportuna en materia de maternidades decidas, se encuentran secuestrados por esta ola neoconservadora que empobrece los avances y la apertura al cambio en nuestra sociedad.
Nada nos detiene, en este camino de la Ruta Verde
Casi 60 personas nos movilizamos desde Valencia hacia la Concentración Verde convocada en las adyacencias de la Asamblea Nacional, un tejido vivo de personas integrantes de las organizaciones MUGER Carabobo, la Mesa de mujeres, diversidad y estudios de la vida cotidiana de la Universidad de Carabobo y Todxs podemos ser. Nos llamamos al encuentro desde la autogestión y la convicción de sumar a esta campaña en la que creemos y sumamos nuestros más sinceros esfuerzos. También nos movemos porque confiamos en el diálogo de la articulación con otras compañeras y compañerxs, para abrir el camino que les permita venir y participar en las acciones que planteamos desde el activismo regional en Carabobo.
Si una se mueve, otrxs se mueven. Creemos en el poder de la convocatoria, de la agitación y el despertar de las calles, reclamamos justicia, entendemos que las mujeres y disidencias no podemos seguir pagando la crisis compleja que nos azota de forma diferenciada; somos conscientes de los retos que representa este tipo de articulación dentro de esta sociedad que nos niega derechos y que busca desde el Estado reprimir y controlar nuestros cuerpos a través de la maternidad.
Lo que nos espera en el futuro más cercano es promover el acompañamiento amoroso y respetuoso, educar/nos y seguir abriendo espacios para que cada vez seamos más personas conscientes. Teniendo en cuenta que para el 2021, se registraron 81 partos por cada 100 adolescentes de 15 a 19 años, según la División de Población de las Naciones Unidas, (Unfpa). Es la tasa de natalidad adolescente más alta de América del Sur, seguida por Bolivia y Ecuador.
Ante esta realidad es responsablidad de quienes tenemos el privilegio de la información y los medios, difundir de forma responsable la perspectiva de la ESI como prioridad para que todas las personas, especialmente lxs adolescentes puedan ejercer su sexualidad de forma responsable e informada. una alternativa que nos permitirá continuar el camino por la despenalización legal y social de la interrupción del embarazo, sabiendo que al paralelo se desarrollan una diversidad de estrategias en pro del consentimiento, la información y el autocuidado en la vida sexual y reproductiva.