Los 33 de Valencia, la criminalización de la homosexualidad en Venezuela
La detención de 33 hombres en un local LGBTIQ en Valencia ha generado indignación y preocupación en la comunidad y ha sido denunciada como un acto de homofobia por parte del estado. Los hombres, que fueron apresados mientras supuestamente ejercían prácticas sexuales consensuadas en una propiedad privada, han sido acusados, discriminados y criminalizados por su orientación sexual.
Este suceso ha llevado a muchos a preguntarse si es la ley o son los prejuicios los que no han cambiado desde la época de los 80, cuando en Venezuela se perseguían y criminalizaban a las personas homosexuales. En aquel entonces, la homofobia era generalizada y las personas LGBTIQ eran perseguidas y discriminadas abiertamente. A pesar de que en la actualidad se han logrado algunos avances en la lucha por los derechos LGBTIQ en Venezuela, este suceso demuestra que aún queda mucho por hacer.
La detención de los 33 hombres ha sido criticada por activistas y organizaciones defensoras de los derechos humanos, quienes han denunciado que se trata de una violación a los derechos humanos de estas personas. La Ley Contra la Discriminación, aprobada en 2017, prohíbe cualquier forma de discriminación por orientación sexual e identidad de género. Sin embargo, el apresamiento demuestra que la discriminación sigue estando presente en la sociedad venezolana, y que las leyes no siempre se aplican de manera justa e igualitaria.
La cobertura periodística del caso ha revictimizado y expuesto al escarnio público a estos hombres, que son las verdaderas víctimas en esta penosa situación. La prensa ha publicado detalles innecesarios e irrelevantes pm además de exponerles con fotografías que no protegen su identidad, lo que ha aumentado la estigmatización y discriminación hacia ellos. La comunidad LGBTIQ en Venezuela ha sufrido históricamente la falta de representación y de espacios seguros donde puedan expresarse con libertad y sin temor a la discriminación, ahora parece que también se reducen los espacios privados . Esta situación solo sirve para perpetuar esa discriminación y marginación.
No es la primera vez que se denuncia la persecución y criminalización de personas LGBTIQ en Venezuela. La precandidata a las primarias Tamara Adrián, condenó la detención al calificarla de “bochornosa”. “En el mejor estilo de las razzias (ataque sorpresa) de limpieza social de los años ochenta”.
Los sucesos de los dos últimos días han llamado la atención sobre el papel de los derechos humanos en Venezuela. ¿Dónde están los derechos humanos en este país que promete libertades y democracia? Es hora de que se respeten los derechos humanos de todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género. Esto incluye el derecho a la privacidad, el derecho a la no discriminación y el derecho a la libertad sexual.
Es importante denunciar sin miedo el tratamiento y la cobertura periodística de estos sucesos, y exigir que se respeten los derechos humanos de todas las personas. La comunidad LGBTIQ en Venezuela necesita el apoyo y la solidaridad de todos los sectores de la sociedad para poder avanzar en la lucha por la igualdad y la justicia social. Este hecho condenable que nos acerca a una realidad social que nos aprisiona por nuestras decisiones y diversidad. Reclama hoy parte de la sociedad que entiende que estos sucesos son condenables y que debemos luchar por la igualdad y el respeto a los derechos humanos.
¿Quién defiende al pueblo, quién se ocupa de pelear por las injusticias de este gigante invisible que se presenta en cualquier espacio y corrompe nuestro ser? Es hora de que todos nos unamos para defender los derechos humanos y la dignidad de todas las personas. Exigimos justicia para los 33 de Valencia y para todas las personas LGBTIQ que son víctimas de la homofobia y la discriminación en Venezuela.