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Conciencia cíclica, abrazando el balance de nuestro ciclo menstrual

Vamos a sumergirnos en las diferentes etapas del ciclo menstrual y los cuidados necesarios para abrazar nuestra naturaleza cíclica, mientras observamos el ciclo de un hermoso astro que, para muchos, también es mujer: la luna, que al igual que nosotras, transita por distintas fases mes a mes.
 
Comenzamos nuestro viaje contemplando la Luna Nueva.
 
Puede ser comparada con la menstruación. Ambas etapas representan un momento de renovación y oscuridad aparente. La Luna Nueva simboliza el inicio de un nuevo ciclo lunar, al igual que la menstruación marca el comienzo de un nuevo ciclo menstrual. Ambas fases nos invitan a descansar y recogernos.
Durante la menstruación, se nos presenta una oportunidad para reconectar con nosotras y escuchar las necesidades de nuestro cuerpo. Durante este tiempo, es normal sentirnos más cansadas, sensibles o experimentar cólicos menstruales. Pero recuerda que estos cambios son señales de nuestro cuerpo, invitándonos a cuidarnos y nutrirnos. Permítete tomar el tiempo necesario para descansar y escuchar a tu cuerpo. Siéntete libre de disminuir el ritmo y reducir las actividades.
 
Continuando con nuestro viaje, llegamos a la fase de la luna creciente, símbolo de crecimiento y expansión. De manera similar, la fase de preovulación es un momento de aumento de energía. Durante esta etapa, nuestros niveles hormonales aumentan gradualmente, impulsando nuestro estado de ánimo, nuestra claridad mental y nuestra energía física. Es el momento perfecto para aprovechar esta energía en ascenso y canalizarla en proyectos creativos, metas personales o cualquier otra actividad que nos inspire, pero de manera consciente y amorosa.
 
La siguiente parada en nuestro viaje reflexivo es la fase de la luna llena, que podemos comparar con la ovulación. Al igual que la luna llena ilumina la oscuridad de la noche, nuestra energía y sensualidad se intensifican durante esta etapa del ciclo. Nuestros niveles hormonales alcanzan su punto máximo, lo que puede provocar un aumento en la libido, mayor confianza y disposición hacia la interacción social. Nos sentimos más conectadas con nuestra sensualidad de diferentes formas y podemos canalizar esa energía como una fuerza transformadora.
 
Después de experimentar la plenitud y la intensidad, llegamos a la fase de la luna menguante. Al igual que la luna disminuye en luminosidad, nuestra vitalidad y energía también se reducen en la etapa de pre-menstruación. Es un momento de introspección y recogimiento, ideal para conectarnos más profundamente con nosotras mismas. Durante esta fase, podemos experimentar una mayor sensibilidad emocional y una necesidad de cuidado y atención personal. Toca bajar el ritmo, prioriza el sueño reparador y aprovecha este tiempo para reflexionar sobre tus metas, deseos y necesidades. Prepárate los productos de higiene menstrual y atiende tus necesidades físicas y emocionales.
 
Nuestro ciclo menstrual se compone de etapas de expresión y movimiento versus reflexión y recogimiento que nos mantienen en equilibrio. Nuestras vidas están entrelazadas con esta danza sagrada que necesita una mirada amorosa porque nuestra ciclicidad es un regalo que merece ser celebrado y nuestro autocuidado, es una forma de resistencia.

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